La infraestructura de Estados Unidos: se han logrado avances, la resiliencia debe ser una prioridad

Alex Amparo, Vicepresidente de Infraestructura Crítica y Anne Bink, Directora de Mitigación y Resiliencia

Esta semana, la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE, por sus siglas en inglés) publicó su Boletín de Calificaciones de Infraestructura de Estados Unidos de 2025, otorgando a la nación una calificación general de C. Si bien esta es la calificación más alta jamás otorgada, lo que indica progreso, no es motivo de celebración.

Las calificaciones de infraestructura varían desde una B en puertos hasta una D en aguas pluviales y tránsito, lo que resalta los marcados contrastes en resiliencia y confiabilidad. Por primera vez desde 1998, ninguna categoría recibió una D- y ocho de las 18 categorías mejoraron. Estos avances surgieron de la priorización de la inversión por parte de los sectores público y privado. Sin embargo, una calificación aprobatoria no es suficiente cuando la seguridad, la vitalidad económica y la calidad de vida de millones dependen de estos sistemas. En particular, las calificaciones de dos categorías (energía y ferrocarril) disminuyeron debido a preocupaciones sobre la capacidad general, la capacidad de satisfacer la demanda futura y la seguridad.

El camino por delante: construir infraestructura resiliente

La ASCE enfatiza tres estrategias clave para mejorar la infraestructura estadounidense durante los próximos cuatro años: sostener la inversión, priorizar la resiliencia y promover políticas e innovación.

Sosteniendo la inversión

A pesar de las inversiones históricas de la Ley de Empleo e Inversión en Infraestructura (IIJA) y la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), la financiación de infraestructura sigue siendo una preocupación apremiante. La IIJA estableció un nuevo punto de referencia para el gasto federal en infraestructura. Sin embargo, el futuro de estas inversiones críticas es incierto. Reducir la financiación ahora revertiría el progreso y aumentaría los costos a largo plazo para las familias y empresas estadounidenses.

Las estrategias de inversión sostenibles y de largo plazo deben ser una prioridad en todos los niveles de gobierno. Herramientas de financiación como bonos municipales y asociaciones público-privadas serán esenciales para cerrar la brecha de inversión de 3,7 billones de dólares identificada por la ASCE.

Priorizando la resiliencia

Los fenómenos meteorológicos extremos están aumentando en frecuencia y gravedad, causando daños significativos en carreteras, puentes, servicios públicos y otras infraestructuras críticas. En 2024, 27 desastres mayores en Estados Unidos costaron más de 182 mil millones de dólares en daños, lo que eleva el total acumulado desde 1980 a más de 2,9 billones de dólares.

Invertir en resiliencia no es opcional; más bien, es esencial. Según el informe, cada dólar invertido en resiliencia y preparación ahorra $13 en costos de recuperación post-desastre, lo que reduce costos, minimiza las interrupciones y protege vidas.

La infraestructura crítica, como las redes eléctricas, el transporte y los sistemas de agua, es la columna vertebral de nuestra economía y nuestra vida diaria. El fortalecimiento de estos sistemas contra desastres y otras amenazas garantiza la continuidad, acelera la recuperación y previene fallas en cascada que pueden paralizar a las comunidades durante años.

Dada la frecuencia y gravedad de los desastres, es urgente invertir proactivamente en infraestructura. Una infraestructura resiliente protege a las comunidades, impulsa el crecimiento económico, crea empleo y atrae empresas.

La urgencia es clara. Debemos invertir en infraestructura resiliente ahora o pagaremos el precio más adelante.

Los estados, territorios, tribus y gobiernos locales deben integrar la resiliencia en la planificación previa y posterior a desastres para garantizar que las inversiones en infraestructura puedan resistir riesgos futuros. Esto significa:

  • Implementar códigos y normas de construcción actualizados para reducir la vulnerabilidad ante amenazas y peligros.
  • Incorporar análisis de costos del ciclo de vida en proyectos de infraestructura para maximizar el valor y la eficiencia a largo plazo.
  • Mejorar la planificación de usos de terrenos para equilibrar el desarrollo con la mitigación del riesgo de desastres.
  • Adoptar un enfoque sistémico para la infraestructura, reconociendo las interdependencias entre los sistemas de energía, agua, transporte y gestión de emergencias.
  • Promover soluciones prácticas y rentables, como la infraestructura verde, para fortalecer las comunidades, reducir el riesgo de inundaciones y mejorar la resiliencia a largo plazo.

Impulsando la política y la innovación

Para lograr un progreso duradero, los responsables políticos deben adoptar estrategias innovadoras que mejoren la seguridad, la eficiencia y la fiabilidad de la infraestructura. Esto incluye la modernización de los procesos de contratación, la inversión en tecnologías inteligentes y el fomento de la innovación en materiales y técnicas de construcción.

Un llamado a la acción

El informe de 2025 subraya que, si bien la infraestructura estadounidense está mejorando, no podemos permitirnos la complacencia. El gobierno federal, los estados, los territorios, las tribus y las localidades deben trabajar juntos para garantizar que cada inversión fortalezca la resiliencia, reduzca los costos a largo plazo y proteja a las comunidades de interrupciones futuras.

Como profesionales con experiencia en FEMA y recuperación ante desastres, hemos visto de primera mano las consecuencias de una planificación de resiliencia inadecuada. Las soluciones existen. La pregunta es si tenemos la voluntad y los fondos para implementarlas.

Con inversión sostenida, planificación estratégica de resiliencia e innovación en políticas, los sectores público y privado pueden lograr avances adicionales y seguir mejorando la calificación de la infraestructura estadounidense. Las inversiones en infraestructura crítica son esenciales para proteger el bienestar y la vitalidad económica de nuestra nación para las generaciones futuras.

Aunque parezca una tarea abrumadora, IEM está aquí para hacerlo posible. Nuestros expertos tienen un profundo conocimiento de los complejos desafíos de infraestructura y un historial comprobado de resultados. Lo ayudaremos a navegar la planificación de resiliencia con soluciones personalizadas que fortalezcan su comunidad y garanticen la sostenibilidad a largo plazo.

Conéctese con los expertos en resiliencia e infraestructura crítica de IEM para fortalecer el futuro de su comunidad. Desde la planificación energética hasta las estrategias de mitigación, le ayudamos a optimizar las inversiones, agilizar la recuperación y maximizar las oportunidades que presenta este aviso universal. Trabajemos juntos para construir una infraestructura más inteligente, sólida y resiliente.